Tapachula, Chiapas. Más de 7 millones 200 mil litros de aguas residuales que se generan a diario en Tapachula se vierten sin el tratamiento adecuado a los afluentes, generando una grave contaminación en los ríos Texcuyuapan, Coatancito, Cahoacán y Coatán.
El investigador del Centro de Investigación con Visión para Mesoamericana de la Universidad Autónoma de Chiapas, Vicente Castro Castro, dio a conocer que en promedio en la ciudad se generan 9 millones de litros de aguas residuales, de las cuales solo el 20 por ciento son procesadas en las tres plantas de tratamiento establecidas en Tapachula.
Dijo que de acuerdo al inventario de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), se reconocen tres plantas de tratamiento de aguas residuales, dos en la mancha urbana y una en Puerto Chiapas, cuya capacidad para procesar es de 268 litros por segundo, por lo que son insuficientes para revertir las descargas sanitarias ante el crecimiento urbano.
Señaló que ante esta situación, los cuerpos de agua presentan un alto grado de contaminación derivado de las descargas sanitarias provenientes de domicilios particulares y comercios, cuyo escenario es alarmante.
Detalló que tan solo en los márgenes de los cuatro ríos que atraviesan la mancha urbana hay más de 150 colonias asentadas a sus márgenes, tienen instaladas de manera directa sus tuberías y vierten sus descargas sanitarias.
Indicó que por ley los municipios con un número mayor a 50 mil habitantes están obligados a tratar el agua, es decir, construir plantas de tratamiento de aguas residuales, de lo contrario pueden ser acreedores a consecuencias legales.
Reconoció que evitar la contaminación de los ríos no es solo competencia de la autoridad municipal, sino también de la propia poblacion, quienes sin medir las consecuencias colocan su tubería sanitaria de manera directa a los cuerpos de aguas.
El investigador subrayó que lo preocupante de esta problemática es que la contaminación de ríos está generando una filtración en los mantos friáticos, por lo que muchos pozos artesianos de la zona baja presentan niveles de afectación, debido a esto la salud de población está en riesgo, porque de estos lugares usan y consumen el vital líquido.
Asimismo, enfatizó que el agua contaminada de estos afluentes es usada por los campesinos para las actividades agrícolas y la ganadería, por lo que los cultivos de frutas y verduras son regados con agua contaminada con heces y bacterias fecales, como el cólera.
Finalmente mencionó que las autoridades deben buscar los recursos económicos ante las instancias correspondientes para construir más plantas de tratamiento para la reutilización del agua y destinarla para otros usos, debido a que de acuerdo con los efectos del cambio climático este recurso tiende a escasear.
/Mesa de Redacción/