La Editorial 07/01/2021

0
32
Editorial
Editorial

La reciente conmemoración del Día de las Enfermeras y los Enfermeros enfatizó el reconocimiento a esos profesionales de la salud.

Este año fue de celebración distinta bajo el flagelo de la pandemia. Las enfermeras y los médicos adquirieron la categoría de heroicidad.

Ya sabíamos de la entrega absoluta de esos profesionales, tanto de instituciones públicas como privadas, que en la inquietud y la discreción restituyen la salud y salvan la vida.

Hoy, sin embargo, se añade un potentísimo virus que abrió y mantiene tantas compuertas hacia el exterminio.

Las enfermeras y los médicos no han puesto reparos ni pretextos para enfrentar en las actividades preventivas y los pabellones de la muerte al ejecutor invisible.

La mayoría de esos altruistas trabajadores son gente modesta y sencilla, que apenas perciben sueldos y prestaciones sociales básicas.

Anexo que el sector Salud fue el más humillado y saqueado por el gobierno Velasquista.

Trabajan bajo esa carga indignante, además de las carencias de insumos sanitarios y equipos de protección.

Para ellos, en estos días se alza lo que podría ser una luz al final del túnel, con las primeras aplicaciones de las vacunas al sector.

Son muy pocos los vacunados; la estadística no merma su capacidad de trabajo y acción curativa.

Son hombres y mujeres de grandísima vocación. Los han hecho desde siempre. Su trabajo, al final es obtener el bienestar y evitar la muerte.

Ellos y ellas son los más éticos, los más valientes Lo demuestran ahora en las condiciones más adversas y lo seguirán haciendo.

Anuncio

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí