La Editorial 27/01/2021

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A finales de diciembre pasado y durante este mes una porción de la región norte de Chiapas ha registrado un racimo de sismos constantes.

Estos movimientos ocurren en las cercanías del volcán Chichonal, asentado entre los municipios de Francisco León, Chapultenango y Pichucalco, que en 1982 eruptó y dejó más de 2 mil muertos.

Expertos de la Secretaría Estatal de Protección Civil e investigadores de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, entre otras instituciones federales y estatales, monitorean el volcán.

El monitoreo se realiza mediante sobre vuelos y actividades en el cráter, como parte de acciones que buscan identificar y analizar las causas de la actividad sísmica.

Hay suficientes razones para esas medidas preventivas, porque el Servicio Sismológico Nacional ha registrado, del 24 de diciembre de 2020 al 19 de enero pasado, 22 sismos. Los movimientos telúricos ocurren en un radio de 35 kilómetros del Chichonal, con magnitudes de entre 3.4 y 4.1, cuyas profundidades varían entre 3 y 83 kilómetros.

Se investiga las causas de los sismos, identificar escenarios telúricos probables y establecer protocolos de actuación para proteger a la población como medidas de preparación y prevención ante una emergencia en esa región.

Por ahora se advierten posibilidades de actividad sísmica propia del estado, o eventos asociados con “una posible reactivación del volcán”, aunque no se identifican aún indicios de actividad volcánica en la región o en el Chichonal.

Entre otras medidas, se determinó realizar estudios geológico-estructurales, instalar una red local de sensores sísmicos en los alrededores del volcán, actualizar las estaciones sísmicas permanentes, tomar muestras “de agua del manantial volcánico para análisis químico y medir las emisiones de gas.

Cada marzo, los pueblos zoques vecinos del Chichonal conmemoran  la fecha y recuerdan a  sus muertos, envueltos en  sus mitos, leyendas y tradiciones  que enmarcan  el retorno  de  La Piogba-Chuwe –“La mujer que arde”, “La guardiana del volcán”-.

Al amanecer, La Guardiana del Volcán es apenas una niña, al mediodía ya es mujer, y en la noche, anciana de edad indescifrable.

Se dice que previo las erupciones de 1982 la extraña visitante acudió a los poblados anunciando su cumpleaños, su fiesta de cohetes y luces, pero los lugareños no comprendieron que anticipaba el despertar del volcán.

Cada año los pueblos zoques acuden en procesión al Chichonal. Con rituales, música de tambor y carrizos “visitan” a Piogba-Chuwe para pedirle que no “vuelva a despertar”.

Entre la bruma de mitos y leyendas, lo cierto es que actualmente, a diferencia de aquel año trágico, se disponen de avanzados sistemas tecnológicos y científicos y de protección civil ante esos fenómenos contingentes.

La orientación y prevención, que no se tuvo en el pasado, son fundamentales. La experiencia de lo acontecido es otro factor a favor en torno a fenómenos naturales como El Chichonal.

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