La Editorial
24/05/2022
Agentes migratorios detuvieron al chiapaneco Octavio Roque Velázquez, de 25 años de edad al confundirlo con un migrante, porque no llevaba documentación que acreditara su nacionalidad mexicana.
El joven, de oficio obrero, padre de tres niños, nacido en Tuxtla Gutiérrez y residente en el municipio de Cintalapa, fue ingresado al centro de aseguramiento de Migración “La Mosca” en Chiapa de Corzo.
Octavio fue bajado del autobús en el que viajaba. Por mucho que insistió en su origen nacional fue requerido de forma arbitraria por agentes en el puesto de revisión migratorio La Pochota de Tuxtla Gutiérrez.
Su familia acudió ante la autoridad migratoria con el acta de nacimiento y la CURP del joven; exhibió además la credencial de elector de su padre Aquilio para evidenciar la consanguinidad.
No pudieron presentar la credencial del INE de Octavio porque la extravió. Migración les argumentó que sin ese documento no se podía “hacer nada”.
El caso Octavio testimonia un atropello más de Migración a los derechos humanos en Chiapas y la falta de protocolos eficaces para corroborar la identidad tratándose de ciudadanos mexicanos.
Hace ya buen tiempo que la política migratoria en la frontera sur es inconsistente, agresiva, acusada de corrupción, y como lo constató el caso Octavio, lesiva y dañina a connacionales.
