Militantes y simpatizantes de Morena en Chiapas cierran el año con un abierto rechazo al proyecto de alianza con el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) para las elecciones de 2021.
Sectores del partido guinda: integrantes de la Unidad de las Izquierdas en el estado y movimientos progresistas, no aceptan al Verde. No lo digieren, afirman que su historial es de irresponsabilidad, frivolidad, nepotismo, corrupción, impunidad y saqueo.
El gobierno del PVEM en Chiapas durante el sexenio pasado encabezado por el actual senador Manuel Velasco Coello en Chiapas es un expediente ofensivo pendiente de saldarse.
Los morenistas enfatizan que el reclamo ciudadano es vigente. La demanda es de justicia para enviar a la cárcel a quienes saquearon el erario y dejaron grandes deudas en rubros tan sensibles como la educación y la salud.
La sociedad chiapaneca no los perdona, no olvida, y exige investigación judicial y aplicación de la ley.
En la ruta al proceso electoral la exigencia a consejeros nacionales e integrantes del Comité Nacional del partido presidencial es que no echar en saco roto el descontento y el rechazo a la no descartable alianza con el PVEM.
El Verde sería una suma que políticamente restaría a la Cuarta Transformación. La unidad interna y la congruencia con sus principios no deben tirarse por la borda en aras de un pragmatismo, que puede resultar contrario a los anhelos de la lucha por la Cuarta Transformación.
En víspera de fin de año la animadversión al Verde fue sellada en San Cristóbal de las Casas con una campaña de recolección de firmas de rechazo a la alianza.
El argumento es contundente: “los políticos del Verde han saqueado” a esa ciudad de los Altos y a Chiapas.
