La Editorial
05/08/2021
La pandemia detonó ansiedad violencia familiar y adicciones que atacan, principalmente a los jóvenes con ideas y acciones suicidas.
La soledad, el hastío y la incertidumbre desatadas por el Covid-19 carcomen la resistencia emocional, en caso extremo empujan al suicidio.
Estos flagelos son otros enemigos mortales si los especialistas no los atienden con oportunidad.
Ante esa realidad, Chiapas habilitó la Clínica de Emergencias Psicológicas para la Atención de Conductas de Riesgo y Suicidio en el Adolescente.
La clínica dispone de una red de apoyo de centros de salud con una línea telefónica las 24 horas.
“S.O.S. mi corazón tiene algo que decir”, es el lema de sicólogos que atienden presencial y por teléfono a jóvenes atrapados en el riesgo del suicidio.
Chiapas es el primer estado en el país con ese modelo clínico. Es una muy buena decisión, una noticia alentadora en el paisaje gris de la pandemia.
