Selene Álvarez
Junuel de la Parra, especialista en atención a niños y niñas con espectro autista, detalló que recientemente hubo una evolución en el Manual Diagnóstico y en la Clasificación Internacional de Enfermedades CIE-11, en donde se homogeneizó dejando a un lado las clasificaciones para manejarlo ahora por niveles, cuyo nivel 1 necesita de poca ayuda, el nivel 2 de ayuda notable y el nivel 3 ayuda muy notable.
El autismo es un trastorno de neurodesarrollo que se da en los primeros años de vida y tiene en común ciertos déficits de comunicación, lenguaje, interacción social y conducta. Señaló que el autismo no es una enfermedad sino una condición de vida, en donde no pueden haber muchas mejoras y el objetivo de la terapia es el acompañamiento que se le debe de dar para que mejore su vida.
Por ello, se tiene que buscar alternativas para brindar un mejor estilo de vida a quienes tienen este padecimiento. Uno de los retos que tienen los especialistas de manera individual es abrir camino con los jóvenes, es decir, apoyarlos para que cada uno aprenda a realizar alguna actividad y así vender sus servicios o productos que ofrezcan, y que cuando lleguen a edades mayores de entre los 15 y 18 años los retos son más notables.
Cabe mencionar que es importante que ellos aprendan a realizar otras cosas más allá del aprendizaje cognitivo, por lo cual es importante la inclusión laboral en la discapacidad general y específicamente en el autismo.