La Editorial
15/08/2023
La gallera política está alborotada en Chiapas. Vendrá el festín de 2024 y con éste la búsqueda de las ambiciones de grupos, de personalidades, personajes y personajillos.
Uno de ellos es Roberto Albores Gleason, quién, quien en menos de lo que canta un gallo cambió de ropaje, es decir se volvió chapulín.
El ex candidato perdedor del PRI a la gubernatura dejo los tres colores y se adhirió al rojo amarillo del Partido del Trabajo.
Dicen que el también ex senador pretende contender con su nueva vestimenta partidista aun así la dirigencia nacional petista pudiera no verlo con buenos ojos.
La cúpula estatal de ese instituto político le dio la bienvenida como militante, y el político de raíces comitecas
presentó sus cartas credenciales como “un soldado más” en las filas del PT, aliado de Morena y de la Cuarta Transformación.
Albores Gleason, quien además fue dirigente del PRI en Chiapas, no es ningún advenedizo de la política. Como hijo
del ex gobernador Roberto Albores Guillén, está vinculado al retrato y al trato con el poder público.
Qué busca este priista en un partido que se asume de izquierda progresista, que como se observa carece de representantes. Lanzará al junior Albores a la contienda para alguna Legislatura?
Que importa una raya más al tigre con tal de seguir vigente en el interés del gobierno y no precisamente de la ciudadanía.