Este lunes por la mañana, la famosa basílica de San Pedro, en el corazón del Vaticano, reabrió sus puertas a los visitantes, después de estar cerrada desde el 10 de marzo a causa de la cuarentena. Par ello, este fin de semana fue totalmente desinfectada.
En presencia de numerosos policías con mascarillas, un puñado de visitantes, que hizo fila respetando una distancia de dos metros entre uno y otro, ingresaron al templo, luego de que se les tomara la temperatura y se les definfectaran sus manos con gel.
Cabe mencionar que desde el 4 de mayo los italianos han recuperado una mínima de libertad, con una primera flexibilización de las restricciones, bajo la estricta vigilancia de los “carabinieri”, lo que ha permitido en cierta medida este acontecimiento.
Fuente Milenio