La Editorial
11/11/2022
El municipio de Acala se ha dignificado más aún con la entrega de 133 paquetes de ayuda social para el mejoramiento de viviendas de familias que viven en esa zona embellecida por el Gran Río.
La ayuda consiste en la dotación de materiales de construcción equivalentes a 2 millones de pesos, con los cuales podrán habilitar sus espacios habitacionales.
El objetivo de ese aterrizaje de fondos públicos es resolver la demanda prioritaria para que ese sector de acaltecos tenga una vida más igualitaria, amable y productiva.
Con esos apoyos se techarán y colocarán pisos más resistentes y duraderos, donde se desarrollen con mejor perspectiva de futuro, sobre todo la niñez y la juventud.
Las políticas gubernamentales, que se precien de saludables, deben asentarse en la visión de justicia social, que ese género de ayuda no es una concesión ni persigue ningún interés fuera del institucional.
Mejorar el hábitat de las personas desfavorecidas es una responsabilidad del gobierno y un derecho constitucional para que quienes no han tenido oportunidad accedan a un espacio adecuado como personas y ciudadanos.
Esa realidad debe cuajar mejor todavía en el gobierno del presidente municipal de Rodrigo Trinidad Rosales Franco, quien debe impulsar proyectos e inversiones de fomento al trabajo, como ruta efectiva del bienestar.
