Tapachula, Chiapas. Septiembre ha quedado marcado en la memoria colectiva de México como un mes de sismos devastadores, particularmente por la coincidencia de dos terremotos ocurridos el 19 de septiembre, en 1985 y en 2017. A pesar de ser una casualidad, esta fecha ha generado una fuerte percepción de riesgo entre la población, en especial por los graves daños que los eventos sísmicos han causado históricamente. Sin embargo, no solo el 19 de septiembre es relevante; el 7 de septiembre de 2017 también registró uno de los sismos más poderosos en la historia del país, afectando gravemente a Chiapas.
La noche del 7 de septiembre de 2017, alrededor de las 11, un sismo de magnitud 8.2 sacudió Chiapas. El epicentro se localizó en el Golfo de Tehuantepec, a 137 kilómetros al suroeste de Pijijiapan y a 45.9 kilómetros de profundidad, convirtiéndose en uno de los terremotos más destructivos registrados en México.
El impacto del sismo no solo causó daños en el sureste del país, sino que también se sintió en regiones tan alejadas como Puebla, Estado de México, Hidalgo, Tabasco y Guerrero. Incluso se percibió en Guatemala, Honduras, Belice y El Salvador. En la Ciudad de México, donde muchos captaron el momento con sus celulares, la alerta sísmica llenó de temor a la población mientras el temblor duraba cerca de tres minutos.
Este terremoto, considerado el más devastador en el último siglo, dejó un saldo trágico de 102 fallecidos: 82 en Oaxaca, 16 en Chiapas y 4 en Tabasco.
A pesar de que el epicentro estuvo en Chiapas, Oaxaca fue el estado más afectado, con daños en más de 26 mil viviendas. En Chiapas, se reportó la pérdida total de alrededor de 14 mil hogares y otros 32 mil sufrieron daños parciales, según las autoridades.
El sismo también afectó monumentos históricos en Chiapas, como la Catedral de San Cristóbal, el Templo de Santo Domingo y el Museo de San Cristóbal.
Según el Servicio Sismológico Nacional (SSN), la actividad sísmica en Chiapas se debe a la subducción de tres placas tectónicas: Cocos, Caribe y Norteamérica. Esto hace que la región sea altamente vulnerable a sismos. La presidenta del Consejo Consultivo de Cambio Climático, Silvia Ramos Hernández, explicó que Chiapas “se mueve constantemente” debido a estas placas, y destacó la importancia de estar preparados para futuros eventos sísmicos.
En 2019, Chiapas reportó el 14% de los aproximadamente 17,774 sismos registrados en México, colocándolo en el tercer lugar a nivel nacional, solo por detrás de Oaxaca y Guerrero. Hasta septiembre de 2024, el Servicio Sismológico Nacional (SSN) ha registrado 18,933 sismos en todo el país, de los cuales 2,311 han ocurrido en Chiapas. Con estos números, Chiapas mantiene el tercer lugar a nivel nacional en cuanto a actividad sísmica. Oaxaca ocupa el primer lugar con 5,013 sismos y Guerrero el segundo con 3,107.
/Mesa de Redacción/